
Nadie sabe cómo combatir las superbacterias, pero hay quienes ya son de ayuda: los que hacen caca en los aviones
Vivimos rodeados de bacterias. Muchísimas están en nuestro interior y no pasa absolutamente nada, aunque hay otras que son más traicioneras. Por encima de todas, están las superbacterias. Son las que han desarrollado resistencia a los antibióticos y son extremadamente difíciles de erradicar. La propia Organización Mundial de la Salud las ha catalogado como una de las mayores amenazas para la salud, pero hay algo que nos puede ayudar a acabar con ellas.
Hacer caca en el avión.
AMR. Son las siglas en inglés de “resistencia antimicrobiana”, algo que se encontró cuando se empezaron a utilizar de forma más habitual los antibióticos en la década de los 50 y que se ha acelerado estos últimos años. El uso excesivo y, a veces, inadecuado de estos medicamentos, así como la venta sin receta, ha hecho que las bacterias suban de nivel y sean más resistentes.
Y lo peor es que no se quedan localizadas, sino que viajan por todo el mundo debido al comercio de animales, alimentos y a los viajes que podemos hacer en avión. La contaminación del aire también contribuye a transportar bacterias resistentes.
Impacto. Los patógenos más habituales son Staphylococcus aureus, E. coli, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumannii o la tuberculosis multirresistente, y se estima que actualmente producen más de un millón de muertes directas cada año. Para una población de más de 8.000 millones de personas, puede no parecer demasiado, pero ya se habla de unas 39 millones de muertes anuales directas para el 2050 debido a estas superbacterias.
Ponen en riesgo trasplantes, son una amenaza para la seguridad alimentaria, dificultan tratamientos y aumentan las estancias hospitalarias. Y, además de las muertes directas, se prevé un aumento de los costes sanitarios de unos 160.000 millones de dólares anuales.
El análisis. Hemos comentado que viajar en avión facilita que estos microorganismos resistentes se muevan de sitio, pudiendo contaminar a grupos totalmente nuevos. Es algo que hemos visto con pandemias como la del COVID-19, y esa migración de superbacterias en avión ha sido protagonista en un estudio elaborado por la agencia nacional de ciencia de Australia, en colaboración con la Universidad de Xiamen, la Universidad de Australia del Sur y la Universidad Tecnológica de Michigan.
Concretamente, analizaron aguas residuales de los baños de 44 vuelos internacionales que llegaron a Australia desde nueve países:
18 procedían de India.
14 de Reino Unido.
Seis de Alemania.
El resto fueron un vuelo de: Francia, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Sudáfrica, Japón e Indonesia.
Sistema de extracción de excrementos de los aviones
Diferencias. Los investigadores detectaron nueve patógenos prioritarios y superbacterias, algunas de ellas resistentes a múltiples fármacos. De las nueve, cinco estaban en las aguas fecales de los 44 vuelos, mientras que un gen que confiere resistencia a antibióticos de último recurso fue detectado en 17 vuelo. Esta es la más resistente a los tratamientos antibióticos más potentes.
Nicholas Ashbolt, microbiólogo de la Universidad de Australia del Sur, comentó que “los vuelos procedentes de Asia, en particular de India, mostraron mayores concentraciones de genes de resistencia a antibióticos en comparación con los vuelos desde Europa y el Reino Unido”. Yawen Liu, investigadora de la Universidad de Xianmen, asegura que esas diferencias pueden reflejar variaciones en el uso de antibióticos, la salubridad del agua, la densidad de población y las políticas de salud pública de cada región.
Hacer caca en el avión. Ahora bien, ¿por qué es tan importante orinar o defecar en un avión para luchar contra las superbacterias? Warish Ahmed, científico principal de la Universidad de Australia, comenta que “las aguas residuales de los aviones capturan firmas microbianas de pasajeros de distintos continentes, ofreciendo una forma no invasiva y rentable de monitorizar amenazas como la de las AMR”.
Además, en el estudio no se han limitado a medir la presencia de superbacterias en las aguas residuales de los aviones, sino a comprobar si los desinfectantes que se usan en los baños afectan a las AMR. Los resultados mostraron que los ácidos nucleicos permanecieron estables hasta 24 horas, incluso en presencia de desinfectantes fuertes. Esto apuntala la importancia de realizar análisis de las deposiciones en los aviones con fines de vigilancia.
Crítico. “La monitorización de aguas residuales de aviones podría complementar los sistemas de salud pública existentes, proporcionando alertas tempranas sobre la amenaza emergente de superbacterias”, afirma Ashbolt, y el estudio concluye apuntando que esta mera prueba de concepto tiene un gran potencial en el mundo real para convertir los baños de los aviones en un sistema de alerta temprana que permita gestionar mejor la salud pública.
Reconozco que he hecho multitud de vuelos y, siempre que he podido, he evitado usar el inodoro del avión porque me parece incomodísimo. Pero, si no me queda otra, en mi próximo vuelo me liaré la manta a la cabeza y haré mis cosas pensando que estoy haciendo un favor a la ciencia.
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La noticia
Nadie sabe cómo combatir las superbacterias, pero hay quienes ya son de ayuda: los que hacen caca en los aviones
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Xataka
por
Alejandro Alcolea
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